Cuando comencé mi blog quería transmitir la idea de que pretendía ser una atalaya, un punto de observación y con el matiz de que era desde La Rioja.
Buscando, buscando di con la idea de un guardaviñas, algo eminentemente riojano, en mitad de las viñas. Luego había que encontrar uno que sirviese como imagen y este me pareció el idóneo.
Desde entonces he vuelto en repetidas ocasiones, lo he fotografiado en todas las estaciones, desde todos los ángulos,…
Ayer volví, con la esperanza de que estuviera rodeado de la nieve que cubre la Sonsierra, estaba cerca pero no le había alcanzado.
Ha llegado a ser algo muy personal, muy mío y ahora hacía tiempo que no iba a verlo.
Con ustedes…. el guardaviñas que da nombre a mi blog.
Puedes ser creyente, agnóstico o incluso ateo. Da igual para la experiencia que te propongo. No hace falta que te guste la música sacra, ni siquiera la música en general.
Hay que acudir a una iglesia que sepamos que ponen música sacra. Preferentemente a una hora en la que esté poco concurrida y esté poco iluminada. Está garantizado sentir sobrecogimiento cuando en la iglesia en penumbra comiencen a sonar los cánticos gregorianos.
Solo cierra los ojos con fuerza hasta sentir el fogonazo o déjalos abiertos pero mirando al infinito. Ahora que está tan de moda, teletranspórtate y comienza a pensar en que estás sobre las nubes, entre algodones, y que las notas que resuenan te hacen avanzar, viendo allá abajo el transcurrir de los humanos mundanos.
No mires a tu alrededor, estás solo en tu universo y notarás cómo se van poniendo los pelos de punta, que la música que cada vez suena más alta, te traspasa y te llena todo tú. Lo has conseguido.
Cuando salgas te sentirás bien, relajado y de buen humor.
El Ebro recorre La Rioja de Oeste a Este y junto a sus siete afluentes riegan esta tierra, repleta de viñas de tempranillo y que sirven de nombre a la Comunidad.
Así que si tuviéramos que montar una ecuación, La Rioja es igual a río Ebro multiplicado por Viñas.
La época estival, las obras hidráulicas, el cambio climático,.. hacen que cada vez sea más frecuente el ver obras seculares como son generalmente los puentes, sin contenido, casi sin sentido.
Con los años, o al menos esa es mi experiencia, te van gustando menos los grandes perifollos, la decoración sobrecargada, el barroco,… y te vas volviendo más minimalista, más zen, más paz armónica sin elementos superfluos.
En la naturaleza pasa lo mismo, un jardín francés, con mil detalles, va dejando paso a un jardín inglés, casi irreconocible respecto a un paisaje salvaje.
Una flor aislada es el mejor ejemplo de perfección simple, sin añadidos, sin extras,… Nada más que una flor.
Seguro que la nieve os ha dado algún susto alguna vez.
Comienzas a recorrer una carretera con nieve en los márgenes. No llueve ni nieva. La temperatura que marca el coche, cuatro grados. Un buen día para cargar pilas y sacar fotos.
El camino comienza a ascender y el paisaje se hace más y más bonito. La nieve ahora forma un manto blanco que cubre el suelo y da formas onduladas que invitan a tirarte en plancha.