Primeras nieves

San Lorenzo

Ensoñaciones

Bodegas Muga

Policromía riojana

Fuego en la viña

Fuego o sangre.

Cuando pasa la vendimia, coincidiendo con los oros de los chopos en las riveras de los ríos, las viñas van mudando su color.

El verde va cambiando a rojo y a ocre y las laderas parece que comienzan a sangrar, a incendiarse, dando us espectáculo maravilloso.

Según el tipo de uva hay cepas que permanecen verdes, otras rojo intenso y, entre medio, mil y un entreverados, a mitad de camino entre el verde y el rojo, con mil y un matices.

Riojanos y españoles. No hay divorcio.

Bodega Viña Tondonia, Haro, La Rioja, España

Los riojanos somos unos pocos, no más de 315.000. A nosotros nos gusta decir que somos tan pocos porque somos los elegidos.

La realidad es un poco diferente. Teniendo mucho en común con vascos y navarros, por tradición, Historia, manera de entender la vida, deportes,… nunca nos hemos cuestionado que éramos también españoles.

Probablemente sea porque hemos estado siempre a caballo de esa frontera no escrita que es el río Ebro, que a lo largo de la Historia ha separado tanto y ha unido tanto.

Ese es el motivo de la foto, reivindicar nuestra esencia, nuestro hermanamiento con las regiones limítrofes y nuestra españolidad.

La galería acristalada número 1 de La Rioja

La galería acristalada más bonita de La Rioja es obviamente una valoración subjetiva, seguro que susceptible de ser rebatida, aceptada o… todo lo contrario.

La verdad es que juego con ventaja. No hay muchas en nuestra pequeña región. Así que tengo más posibilidades de acertar.

La bodega López de Heredia, con su buque insignia Viña Tondonia, es la más antigua de La Rioja y merece muy mucho la pena de visitar, con ese contraste a caballo de tres siglos. Desde sus inicios hace casi 150 años hasta el decantador tienda de Zaha Hadid, que tristemente nos dejó en 2016.

Buitres esperando que sople el viento/ Vultures waiting for wind

Familia de buitres esperando que sople el viento

A los buitres les busca volar durante horas y horas. Desde allí arriba escudriñan lo que sucede en el mundanal suelo, donde las criaturas aparecen tan pequeñas como lo son en realidad.

Y precisamente por esa pasión por el vuelo de horas aprovechas las corrientes de aire para subir, bajar o simplemente dejarse conducir por esas corrientes.

Cuando no sopla el viento o este es de poca intensidad, simplemente se colocan en el alféizar de su castillo familiar, confundiéndose con el entorno, a la espera de mejores condiciones.

Adivina cuántos se ven en la foto. Me envías un mensaje y te digo si has acertado o no.


Vultures enjoy flying for hours and hours. From up there they scrutinize what is happening on the mundane ground, where the creatures appear as small as they really are.

And because of that passion for flying for hours, they take advantage of the air currents to go up, down or simply let themselves be driven by those currents.

When the wind is not blowing or the wind is low, they are simply placed on the windowsill of their family castle, blending in with the surroundings, waiting for better conditions.

Try to find how many are in the photo. You send me a message and I’ll tell you if you got it right or not.

Enjoy


El otoño está aquí

Iluminame

Jugando a la pelota… sin gente

Incivismo

Río Ebro

Desde el monte Cantabria

Puente de piedra