Cuando los romanos llegan a La Rioja, allá por el año 190 a.C., se encuentran una serie de pueblos, formando un mosaico de tribus de nombres diferentes, sin organización política entre sí que indicara la existencia de un estado o una estructura jerárquica integradora, pero que tenían en común la lengua celta y un conjunto de creencias. Estos pueblos habían llegado a estas tierras 800 años antes, provenientes del Norte.
Mayoritariamente se reconocían como berones y ocupaban casi todo el territorio actual riojano, salvo el Sur de la actual Comunidad Autónoma, celtíbera: en los valle altos del Najerilla (pelendones) y Alhama (arévacos).
Los berones opusieron poca resistencia, al igual que otros pueblos limítrofes como los vascones, pero los pueblos celtíberos fueron mucho más reacios a la invasión romana y la conquista de Contrebia Leukade fue muy laboriosa.
Roma impregnó todos los estratos de la población y en pocos años un nuevo orden se extendía por toda la Rioja, asumiendo apenas parte de la toponimia, costumbres,… pero esa es ya otra parte de nuestra Historia.