Contaba un buen amigo de la infancia que a un anciano de su pueblo turolense le preguntaron que qué era más grande, el mar o la balsa próxima al pueblo. Tras meditar la respuesta y con mesura, al no haber visto nunca el mar, contestó: El mar será grande, muy grande, pero ojo la charca de Torrevelilla.
Pues eso, el Himalaya será grande, pero ojo la sierra de la Demanda.