Cádiz tiene un algo especial. El barrio de la Viña es su núcleo. La taberna Manteca es el epicentro de ese universo maravilloso.
Se habla de la luz inmensa que se mete por cada rendija y lo inunda todo. Se habla de sus eternas playas del azul más puro que ojo alguno haya visto jamás. Se habla de la gracia especial de sus gentes, con sus chirigotas carnavelescas como manifestación más conocida, pero que se adivina en cada comentario, en cada apreciación con sorna, en cada piropo,… Se habla de su temperatura ideal, sin las temperaturas frías del Cantábrico o los calores extremos del verano de otras partes de Andalucía, gracias a esa suave brisa que atempera todo. Se habla de sus frituras, sus tortillas de camarón, de sus Pedro Ximénez que conmueven el cuerpo y el espíritu,..