El mirador Portas do sol es otro de los muchos miradores que hay en Lisboa. Incluso hay varios en el barrio de la Alfama, pero para mí es uno de los mejores o quizás el mejor.
Lo encontraremos junto a la Iglesia de Santa Lucía (el tranvía 28 tiene parada justo enfrente). Aunque mi consejo es que vayas subiendo desde la praça Comercio. Si lo haces, captarás los mejores rincones del barrio, las tiendas con más encanto, las mínimas terrazas…
El mirador tiene también una cafetería con terraza y lounge bar. Suele haber música multiétnica y presencia de una mezcla curiosa de gente del barrio, vendedores ambulantes, turistas de todas las nacionalidades buscando un hueco para la foto de turno,…
Una opción es subir al mirador un día despejado, por la mañana, porque podremos apreciar al máximo el resplandor de las viejas casas blancas de Alfama. Aunque la última hora de la tarde tiene mucho, mucho encanto y es cuando el bullicio se capta mejor.
Destaca especialmente la bonita vista de São Vicente de Fora, con el Tajo de fondo, como en la foto.
La luz lo inunda todo y la suave brisa que suele soplar la convierte en uno de los mejores rincones lisboetas en los meses de calor. No te lo debes perder.
Si bajas por las escaleras en un lateral del mirador conocerás la Alfama más real, con críos jugando por la calle, ancianos asomados a su mirador particular, ropa tendida en los balcones,… hasta llegar a la avenida del infante Don Henrique.
No lejos hay un restaurante curioso, donde se come con gin tonic. Pero de eso hablaremos otro día.
Un pero que es un aviso: cuidado con los carteristas.