Toda ciudad tiene sus rincones emblemáticos, curiosos, de toda la vida.
Uno de esos rincones de Lisboa es el café la brasileña, A Brasileira. Con más de cien años de antigüedad y con el antecedente abierto dos años antes en Oporto con el mismo nombre, este café abrió sus puertas en 1905 en el corazón del barrio de Chiado, de la mano de Adriano Telles.
La idea inicial era dar a conocer y generar interés en el café proveniente de Brasil.
Ha sido el primer local a servir la bica, una tacita de café muy fuerte, parecido al expreso.
Fue remodelado en 1908 y luego en el 1922, dando paso un verdadero y propio bar. Los interiores fueron decorados en estilo Art déco. En los años sesenta las obras de arte existentes fueron trasladadas al Centro de Arte Moderno (ahora Museo de Chiado).
Siempre ha sido lugar de encuentro de intelectuales, librepensadores y artistas, incluyendo al poeta Fernando Pessoa, los pintores José de Almada Negreiros y Jorge Barradas, y los escritores Aquilino Ribeiro y Alfredo Pimenta.
Una estatua en bronce de Pessoa fue colocada al exterior del café en el 1988: el poeta sentado en una de las típicas mesas hexagonales del local. Si vas no te podrás negar a sentarte al lado y carate la fotografía de rigor.
En el lugar tambián venden los famosos pastéis de nata portugueses, y algunas tapas para coger fuerzas y aguantar las caminatas empinadas de Lisboa. Sea por curiosidad o necesidad, el Café A Brasileira es un “deber ver” dentro de los itinerarios turísticos por Lisboa.
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