Un rincón de la Historia de La Rioja: Lo que pudo ser y no fue

Corría el mes de enero de 1822, en pleno trienio liberal, cuando se promovió una nueva administración del país, con provincias nuevas, igualdad, desaparicción de fueros,…

Esa fecha es muy importante para La Rioja porque es la primera vez que aparece diferenciada de Burgos y de Soria, aunque sea con la denominación de Logroño.

Pero no todo fue bonito y a la organización propuesta le «quitaron» parte del territorio hasta 5 provincias limítrofes: Álava, Navarra, Zaragoza, Soria y Burgos. ¿Qué se le va a hacer?. Que les vaya bonito.img005

Banderas al viento

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Anochece en el Ebro

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Puente de piedra de Logroño

No hay certeza absoluta, pero sí parece que ya en tiempo de los romanos había un puente de piedra en la localización actual. Aguas abajo comenzaba a ser navegable el río Ebro, desde la Vareia romana.
Parece ser que se trataba de un puente de seis arcos de medio punto, probablemente con dos torreones defensivos en los extremos.
En el Fuero de Logroño de 1095 se le nombra:
“Y si viniera algún hombre de más allá del río Ebro, que pidiera en juicio a algún poblador, que responda en su villa o en la cabeza del Puente de San Juan”.
Con las guerras y los años, en la Edad Media solo quedaban 2 de los seis arcos, llevándose a cabo varias reconstrucciones intentando conservar la forma de arcos con ligera ojiva originales romanos. Tenemos constancia de una de estas actuaciones en el s.XIV.
Unas fechas más tarde una gran avenida se llevó la mayor parte del antiguo puente y se llevó a cabo la edificación de uno nuevo, de 12 arcos y con tres torreones, uno central y otro a cada extremo, que perduró hasta el siglo XIX y que da origen al escudo de la ciudad.
En cuanto a los torreones, el primero, en la parte de Navarra, estaba en el estribo entre el tercer y cuarto ojo y era idéntico en construcción al tercero. El segundo, situado entre el séptimo y octavo ojo, permitía establecer una defensa de hasta 40 hombres desde tres ventanas o desde el adarve aspillerado superior.  El tercer torreón unía la muralla con el puente en el duodécimo ojo.
En 1775 una gran riada que duró entre el 19 y el 21 de junio cubrió todo el puente, provocando el derrumbamiento del primer torreón.
En 1835, durante la primera guerra civil carlista, se cortó uno de los arcos y se sustituyó por un puente levadizo. El segundo torreón albergaba en su interior el sistema de poleas que movían las cadenas del puente levadizo de madera.
En 1850 se terminaron por derruir el resto de torres en ruinas.
Diversas obras menores condujeron a la construcción actual, de Fermín Manso de Zúñiga, datada de 1884, tras el derrumbe del antiguo puente en 1871. Consta de 7 arcos entre pilares cilíndricos.
En 1917 fue ampliado con andenes de hormigón armado a ambos lados para su utilización peatonal, ampliando así el espacio para el tráfico rodado.

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Rioja Baja

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En un rincón del casco antiguo…

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Un rincón de la Historia de La Rioja: los vascones y La Rioja

Introducción

La relación de La Rioja con los vascones ha existido desde hace más de 1.000 años. Ha tenido períodos especialmente significativos, con influencia sobre distintas partes del territorio.

Imperio romano

En el s. II a.C. los vascones no ocupaban aún el margen derecho del río Ebro en la Rioja Baja. Su primitivo territorio se circunscribía a la zona septentrional y media de la actual Navarra, una zona marginal dentro de la Hispania Citerior, de escaso interés para los romanos; para luego ocupar, a principios del Imperio, los territorios correspondientes a otros pueblos como vardulos (zona entre Irún y Oyarzun), jacetanos (canal de Berdún y Jaca), suessetanos (región de las cinco villas en Aragón) y celtíberos (al sur del Ebro medio). 

 En la primera mitad del s.I a.C. tienen lugar las guerras sertorias (guerras civiles entre el nuevo poder de Roma y el anterior pretor de la Hispania Citerior, Quinto Sertorio, apoyado por tribus locales entre las que se contaban los celtíberos riojabajeños). Probablemente los vascones se mantuvieron al margen de esas guerras y al acabar el conflicto pudieron ampliar su zona de influencia. En lo referente a La Rioja se concreta en la ocupación de la zona de la Rioja baja: Calahorra y Alfaro incluidas.

Edad Media

Mientras los musulmanes dominan la zona desaparecen de La Rioja, refugiándose en los valles más próximos a los Pirineos. De igual manera muchos pobladores autóctonos, en especial de la Rioja alta, huyen hacia los bosques próximos o a territorios más al norte.

A medida que va avanzando la Reconquista hay que ir repoblando el territorio y se hace con antiguos pobladores y con nueva gente proveniente del norte y que muchas veces tenían el vascuence como lengua materna. De ahí las raíces vascas que aparecen en la toponimia de la zona.

En 1233 Fernando III el Santo da el fuero a los pobladores de la zona de Herramélluri, Galbárruli,… (valle del Ojacastro) para poder hablar vascuence cuando tuvieran que declarar ante los Merinos.

Edad Contemporánea

El devenir de los siglos previos supuso, ya desde finales de la Edad Media, una separación de La Rioja respecto a Navarra y áreas aledañas, con el consiguiente aumento de su dependencia de Castilla. Los ahora territorios vascos se van separando de Castilla y adquiriendo mayor autonomía.

Esta situación se mantiene hasta finales del s.XX. Con el retorno de la democracia y la creación del estado de las autonomías, La Rioja se separa de Castilla y los vascos disfrutan de su País Vasco.

En esa época los vascos retoman sus posesiones en La Rioja Alta: compran apartamentos, merenderos, que renombran txocos, terrenos, garajes,… en toda la zona, hermanándose con los riojanos actuales.

Pero esa ya es otra historia.