La Plaza de Giraldo es un icono de homenaje a Geraldo Geraldes, el Sin Pavor, pues fue quien conquistó Évora a los moros en 1167. Como agradecimiento por este enorme hecho, el rey Afonso Henriques le nombró alcaide de la ciudad y le concedió una posición importante en Alentejo, región que ayudaría a conquistar.
En el escudo de Évora podemos ver Geraldo Geraldes con su espada en puño, a caballo, y a sus pies las cabezas del moro y su hija que gobernaban el castillo que el guerrero atacó y donde se apoderó de las llaves de la ciudad.
Después de la ciudad de Évora estar en posesión de la corona portuguesa, el patrimonio constituido por esculturas y un arco de triunfo se mandó destruir para entonces edificar la fuente que ahora permanece uno de los centros de atención de la gente de Évora e de los turistas en la Plaza de Giraldo.
Esta fuente en estilo barroco del s. XVI es de mármol y tiene ocho canillas, cada una asociada a cada calle principal que desemboca en la Plaza de Giraldo.
En la base existe una corona. De acuerdo con la historia popular, Felipe III de España, en 1619, entendió que la fuente era digna de ser coronada.
En los laterales hay unos soportales que ayudan a protegerse del sol (45 grados el día de nuestra visita) y que cotillear en los escaparates sea más agradable.
Bordeando la plaza, la iglesia renacentista de Santo Antao y el antiguo edificio del Banco de Portugal.