Amsterdam es una ciudad de locura. Libertad y libertinaje. Llena de color, llena de movimiento, gente,… Muy llamativa aunque a veces un poco agobiante.
En el centro de Amsterdam, muy cerca del barrio rojo famoso por su peculiar exposición de las prostitutas, hay una manzana, con su patio interior, que data de 1475 y donde no pueden llegar los coches y donde se accede solo por una puerta que parece de una casa más que de acceso al paraíso. eso es
Begijnhof
Fue fundado en 1346 en lo que entonces era el límite de la ciudad como una residencia de beguinas, mujeres solteras o viudas dedicadas a la oración y a las obras de caridad. Begijnhof, se puede traducir como “El Noviciado”, y es que muchas mujeres tomaban el voto religioso de forma temporal, y lo dejaban al abandonar la casa, por ejemplo al casarse.
Hoy en día muchas de estas casas siguen siendo habitadas por mujeres solas, sobre todo mujeres mayores y estudiantes. Al ser residencias privadas, nos da la sensación de estar entrando en un lugar casi sagrado, y se hacen necesarios el silencio y el respeto en este lugar.
No os lo perdais. Os lo agradecerá el cuerpo y el alma.
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