Imagen poco habitual de la Castellana de Madrid, prácticamente sin tráfico.
La razón, en contra de lo que cabría suponer, no son las medidas restrictivas de la alcaldesa de Madrid para paliar la contaminación.
Tampoco es la causa el éxodo de gente por la Nochevieja, huyendo de Madrid.
El motivo es la carrera de la San Silvestre vallecana que cada año, la tarde de Nochevieja inunda las calles de Madrid, durante 10 kilómetros, desde Concha Espina hasta el estadio de Vallecas.
Decenas de miles de personas, en un ambiente festivo, a lo que ayuda que 8 de los 10 kilómetros sean en bajada.