El Frondón está en pequeño pueblo del valle de Tena, Lanuza, renacido como el ave fenix de lo que un día fue un pueblo a desaparecer bajo las aguas el pantano. Vistas preciosas. Si vas en invierno, se ven las pistas Formigal y las de Panticosa desde allí; si vas en verano, muchas excursiones para todos los niveles.
Pocas mesas, mucho encanto.
Cuando entras te recibe Luis y automáticamente te encuentras como en casa. Te recomienda, te agasaja,… Con el tiempo es como un amigo.
Tienen un menú a 19€ muy completo. El brick crujiente relleno de espinacas es maravilloso. La carta es corta, pero variada.
La hamburguesa, tanto en el bar como en el restaurante, muy buena.