Berlín es una ciudad de contrastes.
De la época prusiana a la de transición postBismarck a la época nazi a la de las dos Alemanias a la de la reunificación, a la del gran metrópoli,…
Quizás por ello o porque no lo he sabido encontrar, me falta un poco de alma, un poco de la esencia que suelen tener las ciudades y que permanece en el tiempo, a pesar de las modas, las épocas o las profundas transformaciones.
Y no es que no me guste. Me gusta.
No es que no me parezca una ciudad dinámica o moderna, que me lo parece y mucho. es simplemente un algo que encuentro en falta y que no soy capaz de descifrar.
Polonia espera. Y seguro que habrá ciudades… con mucha alma.