Hace más de 2000 años y con la Hispania definitivamente pacificada, Augusto reorganizó la administración, dividiendo la Península en tres provincias, con necesidades administrativas y contributivas que hicieron necesaria una buena red de comunicaciones. A partir de este momento se trazan las calzadas que unen la Gallaecia con Tarraco pasando por territorio berón y vascón. También había que enlazar el valle del Ebro con Celtiberia y con las Galias. Es pues, una vez más un cruce de caminos.
Igual que nuestras carreteras, las calzadas informaban al viajero por medio de miliarios (= hitos kilométricos) de la distancia que le faltaba por recorrer. Augusto impulsó la cultura epigráfica y los miliarios hallados en Calahorra y Alfaro revelan que en época augústea se trazó la calzada que comunicaba el Valle del Ebro con la Meseta Norte por Briviesca. Otro miliario, hallado en Arenzana de Arriba, confirma esta actividad viaria.
El Itinerarium Antonini, un mapa de carreteras romano del siglo III d.C., permite conocer su importancia dentro de la red general y sus sucesivas etapas. La Rioja era atravesada por las rutas 1 y 32 de esta manera:
En La Rioja estas dos rutas constituyen un solo camino desde Libia (Herramélluri) hasta Calagurris (Calahorra) y pasada esta mansión se bifurcan. La vía 1 sigue hacia Cascantum (Cascante) en Navarra y la vía 32 sigue cerca del Ebro por Graccurris (Alfaro), para unirse más tarde ambas y dirigirse hacia Caesaraugusta (Zaragoza).
Otra vía que atraviesa La Rioja es la 34 del Itinerario de Antonino, ruta importante sobre todo a nivel estratégico militar. Iba desde Briviesca por San Millán de Yécora y Cihuri-Anguciana. Desde Haro cruzaría el Ebro entre Briones y San Vicente de la Sonsierra para salir al valle del Ega por Santa Cruz de Campezo.
Hubo además otras calzadas, que pueden calificarse de secundarias, porque no las describe el Itinerario de Antonino y comunicaban el valle del Ebro con el norte y con la meseta. Entre estas vías destacar la de Varea a Miranda de Ebro, calzada que existió como demuestra el miliario hallado en Arce.
Algunas obras de infraestructura, como el puente de Mantible (El Cortijo), indican la necesidad de enlazar Tritium y Vareia a través del camino de Galiana y, por la otra margen con la vía 34 del Itinerario.
El valle del Ebro, atravesado por la vía 1/32 se comunicaba con la Meseta norte, por la que transcurría la vía 27 del Itinerario de Antonino mediante un sistema de caminos secundarios que aprovechaban los afluentes de la margen derecha del Ebro. Sin duda este mapa viario es reflejo de las comunicaciones de los pueblos prerromanos y tuvieron gran transcendencia para la conquista de la meseta. Se realizan a través de los siete valles: Tirón, Oja, Najerilla, Iregua, Leza y Jubera, Cidacos y Alhama. Frecuentemente parten de una ciudad o mansión de la vía 1/32 (por ejemplo Graccurris, Calagurris, Vareia etc) y siguen el valle correspondiente hasta la meseta soriana donde enlazan con la vía 27 (frecuentemente en otra mansión o ciudad ejemplo Augustóbriga o Numancia).