Las ciudades pequeñas (y Huesca lo es) tienen alma. A veces monótonas o incluso aburridas, pero con esa esencia de cotidianidad que hace que al visitante le resulten tan atractivas.
Si además te gusta la fotografía, te da oportunidades difíciles de conseguir en grandes urbes. ¿Cómo si no, conseguir una fotografía con esta tranquilidad en la plaza de la catedral?.