Logroño. Inicios del s. XVI. Unos tres mil habitantes, constreñidos por la muralla de la que hoy solo queda la parte del Revellín.
La familia de los Jiménez de Enciso compran el solar y construyen la casa. De ésta aún queda y puede verse en el interior, un alfarje de madera plano y las cuatro columnas que conformaron el patio.
Don Diego Jiménez de Enciso encargó en 1575 la colocación de las dos torrecillas que rematan la fachada principal dando nota de la especial distinción.
Durante las siguientes décadas se decoraron a las estancias, acumulando libros y objetos preciosos junto a cuadros, tapices, muebles y objetos varios en un buen número y que procedías de Flandes.
Ya hay noticias de su existencia desde 1732. Los chapiteles se incorporaron como remate a las torretas de la fachada en el siglo XVIII.
Fue propiedad de los Marqueses de Someruelos hasta 1862, cuando la Corporación Municipal lo adquirió con la idea inicial de que sirviera como residencia del Obispo en el supuesto de que se produjese la traslación de la Silla Episcopal de Calahorra a Logroño pero al no conseguirse este objetivo se decidió utilizar el edificio como Casa Consistorial.
Como quiera que ese traslado nunca tuvo lugar, en 1865 se convirtió en la sede del Ayuntamiento de Logroño, que permanecería allí durante 115 años, hasta 1980.
Durante esos años el palacio fue testigo de importantes acuerdos y momentos de la historia de la ciudad, además de acoger a ilustres visitantes como Amadeo I, Alfonso XII y Alfonso XIII, de políticos de talla nacional como Sagasta, Amós Salvador, Tirso Rodrigáñez, Nicolás Salmerón, el conde de Romanones, José Canalejas, Miguel Villanueva, Indalecio Prieto, Niceto Alcalá Zamora, o Manuel Azaña. Y de figuras de primer orden en el campo militar, como los generales Espartero, Primo de Rivera y Francisco Franco, todos ellos Jefes de Estado, o de otras graduaciones, como Yagüe, Jorge Vigón y Gallarza.
En su fachada figura una placa conmemorativa que recuerda los actos con que Logroño solemnizó el centenario del nacimiento del ilustre riojano, Práxedes Mateo Sagasta en el año 1925. Precisamente en el interior del edificio se encuentra una excepcional escultura que representa “La Elocuencia”, en mármol de Carrara, donada por Sagasta en el año 1897.
Al construirse el actual Ayuntamiento, el Palacio de los Chapiteles fue destinado en 1987 a sede de la Consejería de Cultura, Deportes y Juventud del Gobierno de La Rioja.
Actualmente es la sede del Instituto de Estudios Riojanos, junto con las Fundaciones San Millán, Camino de la Lengua y Práxedes Mateo Sagasta.