Acércate a mí que hace frío. Acurrúcate y fúndete conmigo.
No te importe el chirimiri, que rejuvenece, que te hace sentir más vivo.
Deja que te abrace, que te enseñe lo que hay más allá de la montaña y que cuando el sol termine por salir, veas en mi sonrisa la felicidad que produces en mí.
Déjame quererte a mí. Déjame morirme de amor por tí.