Los ibones es como se conocen en Aragón a los lagos de origen glaciar que hay en el Pirineo, por encima de los 2000 m de altitud.
Todos los ibones tienen su encanto y es una manera de conocer el Pirineo en contacto con la Naturaleza y sin las exigencias físicas que se requieren para ascender a las cumbres.
Una bonita excursión es la que te conduce a los ibones de Anayet, en el valle de Tena del Pirineo aragonés.
Dos horas largas de ascenso, un desnivel de algo más de 600 metros y en total unos 9 kilómetros. Pero merece la pena.
El ibón grande es espectacular, a los pies del pico del mismo nombre, con tierra ferrosa, que contrasta con el verde y el azul precioso.
Pero mi preferido es el pequeño, con aguas cristalinas, con el pico del Midi d´Ossau al fondo, resguardado, con los remontes del Portalet a un tiro de piedra… Algo muy, muy especial.
Y a la vuelta… lo mejor de la excursión, Una cervecita bien fría en el Willy de Sallent de Gállego.