Siempre me ha llamado la atención el concepto gótico de elevar las estructuras sacras más y más. Y a medida que vas elevando la mirada, ir sustituyendo la piedra por la luz que se filtra a través de vidrieras, rosetones,… como si la luz máxima, con la que se identifica a Dios, estuviera al final de la visión.
En la imagen, Santa María del Mar, en Barcelona.