Buscas un sitio elevado, preferentemente rodeado de terrenos bajos y que no haya altura similares que nos impidan ver un horizonte amplio y lejano.
El siguiente paso es esperar al atardecer; sí, la famosa golden hour, preferentemente de un día no muy nublado.
Y esperamos esos minutos en los que el sol comienza a acelerarse, camino del ocaso, tiñendo los campos de purpurina dorada, naranja, roja,… a la vez que deja siluetas imposibles y una tenue tela de lino comienza a cubrirlo todo.
La foto está tomada en Laguardia, desde el aparcamiento de la parte posterior, enfocando al este. El pueblo que se ve es Elvillar.