Paseando por rincones como este es fácil imaginar a la corte del rey Luis II de Baviera, probablemente acompañado de su prima Sissi, de aquí para allá, con sus lujosos vestidos, acompañada de sus damas de compañía, guardaespaldas, servicio, antes de subir a ver las obras del castillo de princesas que «el rey loco» estaba construyendo muy cerca de allí, en el rincón del «nueva piedra del cisne». ¿Una casualidad?, en la intimidad se llamaban el uno al otro águila y cisne.
Por si no lo habíais adivinado, hablamos del castillo de Neuschwanstein.