“Esto está escrito para certificar que Dimitri bin nikola, un dhimmi -un no musulmán en el Imperio otomano-, residente en el barrio Balıkpazarı de la ciudad de Bursa, tiene una piedra en la vejiga y se presentó ante el cirujano Cerrah Seydi Ali bin Berekât es-Seybî para que se la quitase. Ante el tribunal de la Sharia en presencia del cadí pagará 300 akce (monedas de plata) por la extracción de piedra y Dimitri no demandará a Seydi Ali si sufre algún daño e incluso si pierde la vida debido a la eliminación de piedra”: bin Hasan hacı Abdullah bin Ali Kemal (Fecha: 26 de Dhu al-Qi’dah 933).
Publicado por Javier Sanz en Historias de la Historia.
Consentimiento informado hace más de 500 años
En el Medievo las enseñanzas heredadas de la medicina clásica, con Hipócrates y Galeno como máximos representantes, dejaron paso a otras prácticas en las que cabría preguntarse si habríamos ido al médico en la Edad Media. Viendo las ilustraciones de la época, aquello de “en cualquier casa que entre, lo haré para bien de los enfermos” o “jamás daré a nadie medicamento mortal” parecía una broma de mal gusto. No sería hasta la llegada del Renacimiento, donde se recuperan los valores clásicos en todas las disciplinas, cuando el juramento, y su observancia, volverían a renacer. Habría que esperar hasta mediados del siglo XX, con la aprobación del Código de Nuremberg (1947), para encontrar nuevos términos en la relación médico-paciente como “consentimiento informado” o “exoneración de responsabilidad“. Algo que todos los que han tenido que pasar por un hospital para algún tipo de intervención conocen y han tenido que firmar. Se informa de la operación en cuestión, de las posibles consecuencias y se firma el consentimiento para dicha intervención y, a la vez, se libera al galeno de cualquier tipo de responsabilidad. Hasta aquí, todo en su lugar… pero como ya os he dicho en muchas ocasiones, si existe una disciplina en la que las verdades absolutas se pueden convertir en relativas, esa es la historia. Los historiadores Omur Sayligil y Hilmi Ozdenb de la Universidad Eskisehir Osmangazi (Turquía) han encontrado un documento de consentimiento y exoneración de responsabilidad médica de 1524. Junto con la promesa de no demandar si algo sale mal, un paciente, en presencia de testigos, da permiso para que los cirujanos le extraigan una piedra de la vejiga.