Bolonia es una ciudad especial. Lo que se dice una gran desconocida, probablemente eclipsado por Florencia, Milán, Venecia o incluso por Pisa o Verona.
Pero tiene unos grandes atractivos: sus colores ocres, sus torres, sus soportales,…
Y además es un paraíso para ir de tiendas de comestibles. No solo por lo que se vende, sino por cómo se presenta. Una delicia para el paladar, para el olfato, para la vista,… A must see.