Nueva York es una ciudad maravillosa, una de mis preferidas. Pero es también una ciudad de grandes contrastes y donde el metro cuadrado tiene su peso en oro. y si no que lo digan los propietarios de estos coches en el SoHo (barrio al sur de la calle Houston).
Viajes extranjero
Entramados de madera
Siempre me han encantado los entramados de madera. En la época del pladur, de los materiales prefabricados, de la construcción rápida,… resulta entrañable cómo se construía hace siglos.
Y ello con las peculiaridades de cada zona pues son diferentes los del País Vasco, de los de Bretaña de estos de Baviera.
Paseo al s. XVIII
Aunque preparado para los turistas, los paseos a caballo sueles ser una buena manera de tener una visión general de una ciudad, a ritmo pausado, pudiendo fijarte en detalles y hacerte una idea de los rincones que luego quieres ver con más detenimiento. En especial en las ciudades con casco antiguo peatonal, como este de Rhotemburg ob der Tauber, en Baviera.
De princesitas
Paseando por rincones como este es fácil imaginar a la corte del rey Luis II de Baviera, probablemente acompañado de su prima Sissi, de aquí para allá, con sus lujosos vestidos, acompañada de sus damas de compañía, guardaespaldas, servicio, antes de subir a ver las obras del castillo de princesas que «el rey loco» estaba construyendo muy cerca de allí, en el rincón del «nueva piedra del cisne». ¿Una casualidad?, en la intimidad se llamaban el uno al otro águila y cisne.
Por si no lo habíais adivinado, hablamos del castillo de Neuschwanstein.
Curiosa alcantarilla
Cuando uno visita una ciudad por primera vez, en especial si es monumental, tiene la tendencia a estar mirando continuamente hacia arriba. Una puerta, un ventanal, un detalle, una iglesia, un palacio,…
A veces miramos al suelo y nos encontramos esta maravilla. Trabajo precioso y curioso porque se encontraba en una ciudad alemana: Coburg, en la Alta Franconia (al norte de Nuremberg y no lejos de Chekia).