Varsovia tiene un problema

Varsovia es una ciudad bonita, en vías de ser muy bonita, con el atractivo de poder ser punto de partida para muchos viajes o excursiones de un pard de días, con suficientes servicios de todo lo que el turista pueda necesitar, con una relación calidad / precio difícil de encontrar en el Viejo Continente, con una buena gastronomías,… pero tiene un problema.

Y el problema que tiene es que siempre se la compara con alguna otra ciudad… y sale perdiendo.

A menudo se la compara con Cracovia, la otra gran ciudad polaca, otrora capital del país. Pero Cracovia es otra cosa, como tendremos ocasión de ver en este viaje.

Cracovia es elegancia, suntuosidad, más y mejores lazas, más y mejor castillo, más y mejor coches tirados por caballos, más y mejores restaurantes,…

Otras veces se la compara con Praga. Quizás con aquella Praga de hace 20 años, saliendo del letargo comunista e intentando hacerse un hueco en el panorama turístico europeo.

Pero hoy en día, com también explicaremos en este viaje, Praga es otra cosa, es una auténtica máquina de hacer dinero, desde el cementerio judío hasta la última iglesia, todo está enfocado al turista, quizás en exceso. Pero ha recorrido un camino en la rehabilitación de edificios, en la adecuación de su gastronomía, en todo que a Varsovia aún le queda por recorrer.

Hay barrios de Varsovia, como el potenciado barrio de Praga, donde se rodó la película del pianista, donde se respira, m-as que el ambiente bohemio que pregonan, la pobreza más absoluta, con unos patios interiores que no parecen de esta época.

Así que Varsovia es una bella ciudad… pero le queda un largo camino por recorrer. 

Mientras tanto se le seguirá comprando con Cracovia o Praga… y perdiendo,

Un dragón en un alfeizar de Varsovia

Cerkiew Metropolitalna Św. Marii Magdaleny

Cerkiew Metropolitalna Św. Marii Magdaleny es una iglesia ortodoxa al otro lado del Vístula, en el barrio conocido como Praga, que recibe este nombre por alguna extraña similitud que no llegué a encontrar en mi estancia en la capital polaca..

A la llegada a Varsovia te das cuenta que Polonia está al este, muy al este para un español, que está en la otra punta de Europa.

La gente es de un genotipo diferente y lo que es más llamativo en nuestros días, hay menos mezcla multiétnica.

Te encuentras una iglesia ortodoxa como esta de María Magdalena, muy difícil de encontrar en el sur de Europa.

Hay restos de construcción de inspiración soviética, que solo se encuentra en los países que estuvieron bajo la influencia comunista en los años tras la segunda guerra mundial.

Otra diferencia importante es que tu capacidad adquisitiva es alta. Esa rara sensación que solo he tenido en contadas ocasiones como en Estambul y en Praga, en ambos casos hace muchos, muchos años.

Así que allá vamos, a la conquista… fotográfica del país que no existió durante más de 100 años, que a veces estuvo unida a las repúblicas bálticas,… y que todo el mundo coincide que tiene cosas muy interesantes de conocer y está menos saturado de turismo que otras partes de la Europa del Este.

Pinta bien esta estancia en la Polonia de 2017.