Los dinosaurios de la Rioja Baja

En la Rioja Baja podemos contemplar miles de icnitas (huellas fosilizadas de dinosaurios).

La ruta comienza en Munilla (yacimiento Canal de Peñaportillo) y nos lleva a Enciso, con el importante yacimiento de Valdecevillo. En Cornago, el yacimiento del Barranco de Los Cayos guarda huellas de feroces dinosaurios carnívoros. De camino a Igea encontramos un tronco fósil, magnífico ejemplo de fosilización vegetal.

Si la visita es en verano podemos completar la visita con el parque temático llamado «El barranco perdido», catalogado de paleoaventura.

Si la visita es en invierno mi consejo es completarlo con unos baños termaales en la próxima localidad de Arnedillo.

La gastronomía de la zona 131-3191_IMG 131-3193_IMG 131-3196_IMG 131-3197_IMG 131-3198_IMG 132-3201_IMG 132-3205_IMG 132-3206_IMG 132-3207_IMG 132-3212_IMG

es austera pero rica.

Un rincón de la Historia de La Rioja: Por qué el Cid es persona non grata aquí

Fue investido caballero alrededor del año 1060 en Zamora por el príncipe Sancho. Entre 1063 y 1072 fue el brazo derecho de Sancho y guerreó junto a él en diversas batallas. Probablemente, fue en la batalla de Graus (1063) donde peleó por primera vez, como aliado del Rey taifa de Zaragoza, Al-Muqtadir. Fue nombrado alférez del Rey cuando Sancho accedió al trono de Castilla (Sancho II) en 1065, quedando, por lo tanto, al mando de la milicia real.

En 1067 tiene lugar la Guerra de los tres Sanchos: Sancho Garcés IV de Navarra y Sancho Ramírez de Aragón contra Sancho II de Castilla. Aconteció en tierras de los actuales Burgos y la Rioja. Sancho II de Castilla quiso recuperar las tierras de la Bureba y la Rioja Alta, en posesión de Sancho Garcés IV de Navarra, su primo. Tras una serie de ataques por las fronteras, Sancho de Pamplona pide ayuda a su primo Sancho I Ramírez de Aragón. Las tropas castellanas, al mando de Sancho II y con el Cid como alférez real vencen a la alianza navarro-aragonesa. Ganan para Castilla la Bureba, los Montes de Oca y Pancorbo. El resto de la Rioja queda en manos navarras.

Como jefe de las tropas reales, acompañó a Sancho en la guerra que éste mantuvo con su hermano Alfonso VI, Rey de León y con su hermano García, Rey de Galicia, con el objeto de reunificar el reino dividido tras la muerte del padre.

Desempeñó un papel notable, sobre todo en las victorias castellanas de Llantada (1068) y Golpejera (1072). Tras esta última, Alfonso VI fue capturado y Sancho II se adueñó de León y, a continuación, de Galicia. Parte de la nobleza leonesa se sublevó y se hizo fuerte en Zamora, bajo el amparo de la infanta doña Urraca, hermana de los anteriores. Sancho II, con la ayuda de Díaz de Vivar, sitió la ciudad, pero murió asesinado por el noble zamorano Bellido Dolfos.

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Alfonso VI sucedió a su hermano en el trono del Reino de Castilla y en el de León. En su calidad de alférez real, el Cid tomó juramento a Alfonso VI en Santa Gadea, de no haber intervenido en la muerte de su hermano Sancho II. El nuevo Rey le sustituyó en el cargo de alférez real por García Ordóñez, Conde de Nájera.

A partir de ese momento el triángulo Alfonso VI, el Cid y García Ordóñez pasará por altibajos durante 20 años.

En 1079 García Ordóñez, conde de Nájera, fue enviado por Alfonso VI a recaudar las parias del rey taifa de Granada Abd Allah ibn Buluggin, ayudó a este a combatir contra Al-Mu’tamid de Sevilla, a quien defendía el Cid que también había sido enviado por el rey Alfonso VI con objeto de cobrarlas al rey de Sevilla. En esta contienda, en que se enfrentaron las huestes cristianas, venció el Cid, lo que aumentó la animadversión entre García Ordóñez  y el Campeador.

Un año más tarde se adentró en el reino de Taifa toledano, saqueando su zona oriental, que estaba bajo el amparo del Rey Alfonso VI, con el consiguiente disgusto.

En ese mismo año es acusado por buena parte de la corte de que se quedaba con parte de las parias que se cobraban a los reinos de Taifas.

Todo ello conduce al destierro decretado por Alfonso Via finales de 1080.

Desde 1081 a 1085 entra al servicio del rey musulmán de Zaragoza, luchando contra el rey de Aragón, el rey musulmán de Lérida,…

La derrota de 1086 de Alfonso VI frente a los almorávides acercó al monarca y al Cid, que guerreó bajo sus órdenes de 1087 hasta 1089, en que tiene lugar una nueva desobediencia de Rodrigo Díaz al no acudir al cerco de la ciudad de Aledo. Ello provocó su segundo destierro, esta vez hacia tierras levantinas, iniciando campañas a título individual y logrando victorias que le condujeron a recibir impuestos de varios taifas.

En la primavera de 1092 el Cid, al frente de un ejército de moros y cristianos, unidos en extraña alianza, irrumpió desde Zaragoza en tierras riojanas, tomó Alfaro, destruyó Alberite y saqueó Logroño ‘con gran encendimiento de fuego por toda la tierra, talando sus frutales, quemando sus cosechas, saqueando sus pueblos, persiguiendo a sus hombres y violando a sus mujeres desde Alfaro hasta Nájera.

Posteriormente en el 1095 Alfonso VI otorga el Fuero a Logroño para su repoblación. A partir de entonces, con el Camino de Santiago, Logroño se convierte en una ciudad fuerte y privilegiada por su situación geográfica.

La frontera entre La Rioja y País vasco. Peñacerrada

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Micología riojana

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Otoño en el hayedo del Rajao

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Bodega López de Heredia. Haro

Un rincón de la Historia de La Rioja: Monasterio de Suso

El Monasterio de Suso fue fundado por San Millán en el siglo V.

En 473 nace en Berceo, distante 2 km de San Millán. Hijo de un pastor, Millán ejerció ese oficio hasta la edad de veinte años, en que decide convertirse  en asceta.

En el 493 acude a los riscos de Bilibio, en busca del anacoreta Felix, de quien recibe formación durante 3 años. Después de ese momento se dirige a San Millán.

El sitio escogido para su retiro ascético fue en medio de una exuberante vegetación, en la vertiente oriental de la sierra de la Demanda (montes Discercios o Cogollanos), que separa la meseta del valle del Ebro. Allí levantó altares.

Sabedor el obispo Didimo de Tarazona de sus virtudes, le nombró sacerdote de su villa natal, Berceo, cargo que ejerció durante tres años. Otros clérigos le acusaron de malgastar los bienes eclesiásticos, dada su generosidad con los menesterosos, por lo que se apartó a las cuevas de Aidillo, lugar donde se construiría más adelante el Monasterio de Suso. Rápidamente se le unieron otros clérigos. En la roca del monte excavó su propia celda y allí vivió como asceta hasta su muerte.

Cerca del año 550, siendo rey Atanagildo, excavaron nuevas cuevas, colocadas en dos pisos que estaban unidos por un pozo, donde habitaba Millán.

En 574 muere allí San Millán a los 101 años (supuestamente tras avisar inútilmente al senado cántabro de la inminente invasión de los visigodos) y su eremitorio y sepulcro dará origen a un foco de peregrinación que se consolidará como monasterio.

Con la llegada de los árabes no cambió nada en aquel lugar y sus alrededores. Las tierras de las cuencas del Ebro y del Duero eran tierras de nadie, habitadas únicamente por ermitaños como Millán.

Su sepulcro se convirtió en lugar de peregrinaje al que acudían condes y reyes castellanos para encomendar sus batallas contra los musulmanes.

En 931 está en construcción el monasterio mozárabe de San Millán de la Cogolla de Suso (La Rioja), ampliando el cenobio visigótico, que estaba limitado a 4 cuevas anexas.

En 959 sucede la consagración del monasterio mozárabe de San Millán de la Cogolla de Suso (La Rioja).

En 984 sucederá la consagración de la iglesia mozárabe de San Millán de la Cogolla de Suso (La Rioja), construida en parte por mozárabes para ampliar la modesta estructura anterior y elaboración de los dos marfiles arábigo-andaluces con cenefas y animales, que allí se guardan. Los arcos de herradura marcan el límite de esta construcción.

Aquí un monje escribió las glosas Emilianenses, que eran anotaciones aclaratorias en los márgenes de las páginas escritas en latín. Dichas anotaciones estaban escritas en romance o en un precastellano poco evolucionado respecto del latín. En este monasterio aparecen a su vez las primeras anotaciones escritas en euskera, por lo que se ha considerado la cuna de dichos romances hispanos y del euskera.

En el último cuarto del s. X se enmarca la tradición los 7 infantes de Lara. Según ella, los siete hermanos, hijos del noble Gonzalo Gustioz, fueron capturados por los musulmanes en una emboscada preparada por Ruy Velázquez, trasladados a Córdoba y decapitados. Los cadáveres se condujeron a Castilla y según una tradición no textual, fueron depositados en unos sepulcros pétreos que se ubicaron en el pórtico meridional del monasterio de San Millán de la Cogolla de Suso. De este modo, el monasterio fue también conocido como panteón de los siete héroes castellanos.

A partir del siglo X resurge el Monasterio de Suso.

Almanzor dirige con 64 años, enfermo y en litera (no puede montar a caballo) su 56ª y última aceifa (verano), por Córdoba, Calatrava, Toledo, Guadalajara, Sigüenza, Medinaceli y Clunia (hoy Coruña del Conde; Burgos) (donde hay una guarnición musulmana), quema el poblado de Revenga (Burgos) (será reconstruido por su propietario, el Mº de San Millán de la Cogolla, a quien se lo ha donado el conde Sancho García), ataca el reino de Pamplona, aliado de Castilla y ahora bajo regencia de dos mujeres, avanza por Canales de la Sierra (La Rioja) (a sólo 50 km de Nájera, la sede del reino) y quema el monasterio mozárabe de San Millán de la Cogolla de Suso (La Rioja), santuario por excelencia para los castellanos y navarros, como Santiago lo era para los gallegos y leoneses y emprende camino de Burgos, la capital de su odiado enemigo, pero su enfermedad se agrava y la expedición debe abortarse, retirándose perseguido por Sancho García.

En 1030 concluye la restauración y ampliación (dos cuerpos de dos arcos, ya románicos) del monasterio de San Millán de la Cogolla de Suso (La Rioja), destruido por Almanzor, con ocasión de la canonización de este santo. En el acta de traslación del cuerpo de San Millán (14 may) se dice de Sancho III: “…reinando en Nájera, en Castilla y en León, el rey de las Españas”.

En 1053 comienza la construcción del monasterio de San Millán de Yuso. Pero eso ya es orrta historia.

Trinity College de Cambridge

Cuando llegas a Cambridge ves una ciudad pequeña, un poco provinciana, con una tetería allí y una pequeña iglesia allá.

Al adentrarte empiezas a ver los edificios de los colegios, sus aledaños y empiezas a pensar en cómo sería la vida hace unos siglos.

Al entrar en uno de los colegios y ver los letreros, las reseñas la gente que ha estudiado allí,,… te lo imaginas.

Cuando tienes la suerte de pasar unos días viviendo en uno de los colegios, comiendo en uno de los comedores, asistiendo a una conferencia en una de las aulas,… sencillamente es una de esas experiencias que te marcan en la vida.

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Un rincón de la Historia de La Rioja: Alfarería para el mundo

Durante la época romana en La Rioja los bienes de consumo se diversificaron en una gran variedad de productos distintos y diferenciados para cada uso, dando lugar a objetos que son testimonio de la perfección técnica, de sus gustos decorativos y en consecuencia, de sus ideas, usos y creencias al incorporar a la ornamentación escenas de la vida cotidiana o de los mitos religiosos. Uno de estos productos singulares y característicos fue la terra sigillata, literalmente barro sellado, cerámica de superficie roja brillante, hecha parcialmente a molde, que lleva estampillado en el barro tierno el sello del alfarero, lo que nos ha permitido no sólo conocer todos aquellos que se dedicaron a este oficio, sino la dispersión que alcanzaron sus piezas.

A mediados del siglo I d.C. Hispania tenía un gran número de centros productores alrededor de dos focos fundamentales: Andújar en Jaén, y Tritium Magallum, el actual entorno de Tricio de La Rioja, tan prolífica que hasta el s. III d.C. fue uno de los grandes abastecedores de vajilla de mesa del Imperio, habiéndose encontrado sellos de sus alfareros en Germania y Britania, entre otros muchos lugares.

Los centros riojanos de producción alfarera estaban en Bezares (Los Morteros), Arenzana de Arriba (La Puebla), Tricio (El Quemao, El Prado, Las Tejeras, Camino de Arcos), Camprovín, Arenzana de Abajo (finca de las Fuentecillas), Baños de Río Tobía (Bañuelos), Bobadilla y Manjarrés. Su máxima época de auge fue los s I y II d.C. En el s. III la actividad se vuelve a centrar en Tricio y en los s. IV y V se traslada a Nájera.

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Un rincón de la Historia de La Rioja: Santa María la Real de Nájera

Este monasterio, emblemático en la Historia de La Rioja, fue fundado en el s.XI, a raíz de una aparición de la virgen al rey de Navarra en estos terrenos. En esos momentos se trata de tierra fronteriza, de ahí el tipo de construcción exterior.

Reyes navarros enterrados, estilos superpuestos,…

Una visita obligada dentro del Camino de Santiago, antes de visitar Santo Domingo de la Calzada y abandonar tierras riojanas.

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Normandía: cementerios de la Segunda Guerra Mundial

Normandía es una región llena de contrastes y por ello mucho que ver: el Mont Saint Michel es el segundo monumento más visitado de Francia, solo detrás de la torre Eiffel, preciosas y luminosas playas, la región del exquisito Calvados,…

Una de las causas por la que Normandía es conocida en todo el mundo es el desembarco que lleva su nombre, dentro de la Segunda Guerra Mundial. Los cementerios son pequeños, dispersos, nada que ver con la majestuosidad de Arlington o los de las Ardenas pero te retuercen igual el corazón al ver las edades, como van disminuyendo a lo largo de la guerra, los mensajes de los seres queridos y en definitiva estar unos al lado de los otros, al fin.

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Balneario de Panticosa

 Llevaba tiempo queriendo hablar de este rincón en un valle lateral del valle de Tena. Y si no lo he hecho antes es por una mezcla de nostalgia y tristeza al ver en lo que se ha convertido. Pero hagamos un poco de historia.

El camino que unía Caesaraugusta y Osca con la Galia remontando el cauce del río Gállego, pasaba muy cerquita de unas aguas termales usadas por los autóctonos. Fue suficiente para que los romanos las comenzaran a usar.

Las invasiones bárbaras los dejaron en el olvido hasta que a finales del s. XVII se vuelve a tener referencia.  En 1693, los jurados del Quiñón de Panticosa, (propietarios de los baños) firmaban un contrato con los albañiles de Lanuza para construir en un año la primera casa de los Baños. El Quiñón se hacía cargo de los gastos. La construcción de este primer edificio, reflejaba sin duda la importancia que iba adquiriendo la actividad Balnearia de Panticosa. Al final de la última década del siglo XVIII, el Balneario conoce un cierto auge y provoca en algunas autoridades una gran preocupación por su estado y su futuro. A final de 1826 Fernando VII optó por la concesión de los Baños.

Nicolás Guallart, rico hacendado de Bubal, había enviado al Rey Fernando VII un escrito explicando el deplorable estado de los Baños de Panticosa y ofreciéndose a acondicionarlos. En1826, Fernando VII expropia las instalaciones, obligando al Quiñón a ceder el privilegio de explotación de las aguas medicinales y su radio a Nicolás Guallart. Las condiciones de explotación incluían el pago anual de un canon en metálico al Quiñón y un número de plazas gratuitas a sus habitantes. Entre 1827 y 1844, Guallart construye el núcleo del Balneario (ocho edificaciones), y él y sus sucesores continúan con la explotación hasta 1899.

El Balneario de Panticosa se convirtió, a lo largo del siglo XIX, en uno de los mayores y prestigiosos de España, configurándose como villa balnearia capaz de albergar a mas de mil quinientas personas (capacidad asombrosa para las dimensiones que los centros turísticos tenían en aquellas fechas). Esta oferta de alojamiento era incluso mayor que la de Santander o San Sebastián.

Los edificios construidos eran típicamente balnearios, con hoteles, villas y servicios varios que lo dotaron de una cierta organización interna y autónoma. De arquitectura de montaña con influencias francesas, la estética y el porte del Balneario, en su conjunto era de autentico lujo, que supieron apreciar muy bien los personajes mas ilustres de la época y los representantes de la alta burguesía aragonesa, catalana, vasca y de Madrid.

Su máximo esplendor social y económico tuvo lugar entre finales del SXIX y  principios del SXX.

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Con el paso de los años, las instalaciones que maravillaron a sus primeros veraneantes fueron volviéndose anticuadas, pero como a las personas a las que se quiere, se lo perdonábamos todo. Como contrapartida se disfrutaba de un sitio con el encanto  de lo decadente, no solo en los edificios o en la decoración, sino también en el servicio, vestido y con modales de otra época. En una sala se tomaba chocolate con loza del s.XIX y en la de al lado se veía un piano de cola con unos orejeros de los que disfrutaba Ramón y Cajal en sus estancias en el balneario.

Y así llegamos al año 2000, en el que las instalaciones fueron adquiridas por el «Grupo NOZAR» para llevar a cabo la rehabilitación integral del conjunto y su posterior explotación termal, rebautizado como Panticosa Resort. Las intervenciones llevadas a cabo, no muy conservadoras con el paisaje y el patrimonio arquitectónico original, han transformado la fisionomía del conjunto y han provocado numerosas críticas.

La crisis económica supuso el cierre temporal del Gran Hotel en 2008 y una serie de problemas de diversa índole, llegando incluso a afectar al grupo propietario, dejando el aparcamiento diseñado por Moneo sin concluir pero con un desmonte brutal y hormigón  al cuadrado y algunos restos dispersos de la obra inconclusa, en especial junto a la casa de piedra del final del balneario.

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Como es mi blog daré mi opinión: probablemente se podía haber sido un poco menos ambicioso en el proyecto y un poco más respetuoso con la historia y en el entorno. Así hoy no estaría tan en precario. Con mucho encanto, con un entorno sin igual, pero en precario.

Un rincón de la Historia de La Rioja: de reino a Comunidad Autónoma

Para los que no son de esos pocos elegidos que han nacido en La Rioja,  que decíamos el primer día de este blog, es difícil comprender como en 160 años un territorio pasa de no aparecer en el mapa a ser una Comunidad Autónoma.

Para todos repasamos esos años:

Desde la reconquista y durante varios siglos el territorio fue pasando de manos castellanas a navarras y viceversa.

A partir del s. XI, con el asesinato de Sancho IV de Navarra en 1076, las tierras riojanas pasan a control indefinido por parte de Castilla. La Rioja fue durante esos años una región periférica, lindante con Navarra y con Aragón, de escasa importancia dentro la compleja corte castellano-leonesa-asturiana-gallega. Pasa de ser la cuarta parte del reino de Navarra, el más diversificado y rico a ser el 3% del reino de Castilla. Pasa de albergar la corte habitualmente en Nájera a no albergarla nunca y estar como mínimo a 200 km de la época.

Desde 1492 hablamos de España y las tierras riojanas están adscritas a la provincia de Burgos, en ocasiones con parte adscrita a la de Soria. Independientemente de la organización, este hecho permanece inalterable durante más de 300 años.

Los austrias organizan España por provincias. Con los borbones tampoco afectan a La Rioja los cambios.

En 1810, bajo el dominio francés, es similar y se encuadra en la prefectura de Arlanzón, con las subprefecturas de Burgos, Logroño y Calahorra.

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Durante la guerra de Independencia, se crean juntas en Cameros y en otros puntos de la Rioja, que actúan con mucha autonomía respecto a la de Burgos, lo que genera roces y pone de manifiesto las ganas de mayor protagonismo de las tierras riojanas.

El trienio liberal (1820-1823) supone, por primera vez en la Historia el reconocimiento de una provincia de Logroño, con la reorganización territorial de 1822, que quedó abolida cuando Fernando VII retoma el control en 1823.

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Inmediatamente después de la muerte del rey absolutista, en 1833, se retoma el proyecto de 1822, con ciertas modificaciones, dejando la provincia tal cual es hoy y encuadrada en la región de Castilla la Vieja.

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Aunque ya en 1931 se oyen algunas voces solicitando el cambio de nombre, no es hasta 1980 que se cambia la denominación de provincia de Logroño por la de La Rioja.

En 1982, con la llegada de la España de las autonomías se crea la Comunidad Autónoma de La Rioja.

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Han pasado poco más de 30 años y ahora parece que hemos sido una Comunidad Autónoma de toda la vida. Pero ya hemos visto que no siempre ha sido así. Como anécdota, en estos 30 años la población ha aumentado en 70.000 habs. (un 28% más).

 

 

Un rincón de la Historia de La Rioja: el reino de Nájera.

Nájera es reconquistada a los musulmanes en el 923. Hasta ese momento, más que un pueblo, era en nomenclatura musulmana un “hisn”, término que se podría traducir como castillo o posición fortificada, dirigida por un “walı”, desde donde se controlaba un pequeño territorio (“iqlım”) de la Marca Superior de Al-Andalus (“T-agr-al-a`là”).

Es el rey asturleonés Ordoño II, junto con tropas castellanas y dentro de una alianza con el rey navarro Sancho Garcés I, que ese mismo año conquistaría Viguera y Arnedo. Sin embargo, el leonés se casa con una hija del navarro, doña Sancha, y el navarro incorpora a su reino, cedidos por aquél, los derechos a las tierras riojanas.

En 924 Abderramán III lleva a cabo una ambiciosa campaña y llega incluso a saquear Pamplona en julio. La consecuencia es el traslado de la corte a Nájera.

Los sucesores en el reino de Pamplona, García Sánchez (925-970), Sancho Garcés II Abarca (970-994) y Sancho III el Mayor (1004-1035) establecieron su morada permanente en Nájera.

Los primeros actos del reinado de Sancho III tienden a robustecer el dominio de Nájera ya que Castilla no había dejado de reivindicar la región, cuestión que originó roces fronterizos en más de una ocasión y que terminaron en la concordia del año 1016 formada por los representantes de Sancho III el Mayor y el conde don Sancho. En esta delimitación se partió como primer mojón, de la cumbre de San Millán, pasando por los altos de Valvanera, sierra que quedó incluida en Castilla, para seguir cerca de Ortigosa y adentrarse en las tierras de Soria, hasta Garray. Ciertamente que Nájera, Castillo de Leza, fue su residencia habitual, donde nacieron algunos de sus hijos, habitando con su familia en el castillo de la misma, inició las obras de la antigua Abadía de Santa María la Real, rectificó el trayecto del antiguo Camino de Santiago, trazándolo desde Pamplona por EsteIla, Logroño, para pasar por Nájera y continuar por Santo Domingo, y como acto que evidenciaba la importancia que concedía a Nájera, en dicha ciudad, ya solicitud de los hidalgos de la misma, representando a todos los estados de la población, les otorgó sus célebres fueros, por medio de un solemne Bando Real, ratificando así los usos y costumbres que, en forma de derecho consuetudinario, venía regulando su vida y relación y su régimen municipal».

El hijo de este último, Don García Sánchez III el de Nájera conquistó definitivamente Calahorra en el año 1045.

El sucesor, Sancho Garcés IV el Noble o el de Perialén (1054-1076) tuvo que hacer frente a los intentos castellanos de invadir La Rioja por su parte occidental. Estos enfrentamientos (Guerra de los Tres Sanchos), terminaron con la anexión de Sancho II de Castilla de los territorios de Pancorbo, Cerezo, Grañón y Pazuengos». El asesinato de Sancho el de Peñalén en el barranco del mismo nombre —despoblado entre Funes y Villafranca— por una conjura urdida por sus hermanos Ramón y Ermesinda, cambió el destino de este reino que pasará ahora a manos de Castilla y Aragón: Sancho Ramírez de Aragón se anexiona la zona este (Pamplona), unificando el reino de Pamplona y el de Aragón; Alfonso VI de Castilla ocupa la zona occidental (Nájera), por lo que La Rioja y la Provincias Vascongadas entran en la órbita castellana en 1076, cumpliéndose así su sueño de dominio de la parte oriental de la Meseta. El reino de Nájera será ahora considerado como un territorio más dentro de la corona de Castilla, aunque organizado como condado de Nájera -Grañón – Calahorra – Arnedo.

Fin de Nájera como capital del reino.Imagen

 

Un rincón de la Historia de La Rioja: La Reconquista

Aún dejando claro que en un periodo tan amplio hubo conquistas, reconquistas, contrarreconquistas,…en especial en La Rioja Baja, podemos concretar que la liberación o reconquista de La Rioja se realizó prácticamente en cuatro fases o etapas:

1.º El año 899, asturianos y leoneses, ayudados por las mesnadas de los condes castellanos, ya se habían adueñado del desfiladero burgalés de Pancorbo y las poblaciones y castillos riojanos de Cellórigo, Sajazarra, Grañón, Leiva, Castro-Bilibio y el desfiladero de la Morcuera. Algunas de estas fortalezas se recuperaron con anterioridad a aquella fecha.

2.º El año 923 cayeron en poder de las tropas cristianas Nájera, Viguera y Arnedo.

3.º En el año 1045, García el de Nájera reconquistó la ciudad de Calahorra, que había sido durante 120 años la fortaleza árabe más avanzada que amenazaba la frontera oriental de La Rioja.

4.º En 1119, Alfonso I el Batallador, después de conquistar Zaragoza (1118), recuperó para la cristiandad las comarcas de Alfaro y Cervera del río Alhama.

No se habla todavía de Logroño como tal, toda vez que la primera vez que aparece reflejado con tal nombre hasta el 926.

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