Pontrieux, el mejor punto de partida para conocer la Bretaña del norte.
Como sucede con muchas otras regiones en todo el mundo, no hay una sola Bretaña y dentro del apéndice que supone en el extremo noroeste de Francia, existen grandes diferencias entre la plácida y megalítica Bretaña del Sur, con sus puertos de recreo y con un turismo que en algunas zonas comienza a ser excesivo y la Bretaña norte, más agreste, descomunal en cuanto a paisajes, menos turística, con más sabor si lo que buscas es encontrar la Bretaña profunda.
Pontrieux se encuentra en la región de Côte d´Armor, hasta los años 90 Costa Norte, en un punto estratégico, a mitad de camino de Paimpol, Tréguier, Lannion y Guigamp.
Este hecho le hace interesante antes de conocerla pues permite tomarla como centro de operaciones y desde allí conocer el resto de énclaves conocidos.
Pero una vez que la conoces comprendes por qué es una de las 22 pequeñas ciudades de carácter Bretaña o por qué luce con tanto orgullo sus cuatro flores a la entrada de la villa y que como probablemente sabéis sirve para identificar en Francia los pueblos con encanto y bien cuidados, desde Alsacia a Aquitania o Bretaña.
Sus 1100 habitantes son bretones, bretones, poca inmigración y familias «de toda la vida», amables pero poco dadas a posar para el turista de turno. Ya me entendéis.
Es difícil decir si es un pueblo costero o de interior, pero lo que está claro es que es un pueblo marinero. Pontrieux se encuentra en la parte inferior de la ría de 71 kilómetros, la ría de Trieux. Este hecho de que el sitio fue habitado desde tiempos antiguos.
Su historia de ayer disfrutada hoy
Pontrieux significa puente sobre el Trieux en bretón, «Puente Trev.» Muchas veces destruido y reconstruido en la Baja Edad Media (la Guerra de los Cien Años, la Guerra de Sucesión de Bretaña), la ciudad en sí sólo se creó en 1790.
Hasta el siglo XX, Pontrieux era una ciudad próspera, como lo demuestran las grandes casas «burguesas» de granito a través del comercio (a través del puerto accesible a los buques de tonelaje con la marea alta, el tránsito de cargamentos de grano, lino, vino, caballos…).
Todo ello le permite tener un conjunto arquitectónico muy homgéneo, agradable de pasear, con una enorme tranquilidad, casas con entramado de madera, barquitos amarrados a la ría,,,
Y que al final del día se puede completar con un paseo nocturno en barco muy agradable en verano.
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