El Castillo Haut Koenigsbourg es un magnífico ejemplo de lo que representa Alsacia en la Historia de Europa.
Siempre en el confín del reino, en el límite del Imperio, lugar fronterizo, ahora de un señor, mañana de otro.
El Castillo Haut Koenigsbourg es un castillo defensivo, en lo alto del monte Staufenberg. En consecuencia, no tiene nada que ver con los castillo palacio del valle del Loira o las ciudades castillo del Perigord.
Este castillo es umbrío, incluso en verano, con recovecos, con almenas inexpugnables,… Con pocas o ninguna licencias para el lujo y el boato. Parece más un escenario del Señor de los anillos, en el que ondas de orcos van a intentar, sin conseguirlo, conquistar la fortaleza.
En resumen, un bonito castillo, en una región de viñedos, canales y bienestar.
A mitad de camino entre la capital de Alsacia y de Europa, Estrasburgo y la coqueta Colmar está Bernardvillé.
Y en Bernardvillé.se encuentra Domaine Barthel. pequeña bodega con 3 Gites que bien pueden servir por ubicación como punto de partida para pasar unos días por los pueblos alsacianos, entre los más bonitos de Francia.
Esta bodega sigue la tradición floral de la región y está cuidada al detalle, haciéndola muy agradable la visita.
Soy un enamorado de las pequeñas bodegas y viaje donde viaje me gusta, además de acudir a alguna de las más afamadas, visitar alguna familiar, que mantenga como esta la esencia tras cinco generaciones de bodegueros.
Poseen un muy buen Riesling y además un montón de otras variedades que ponen en peligro tu entereza si te decides a hacer una cata amplia (Sylvaner, Gewurtzraminer,…).
Alsacia es una región menos turística que otras de Francia pero que no defraudará. A caballo entre Alemania y Francia, reúne peculiaridades de ambas ya que no siempre el Rhin fue frontera y la Selva Negra germana estás solo al otro lado del puente o a media hora de balsa…
Debo admitir que nos soy un gran admirador de los parques temáticos en general ni de Eurodisney en particular.
Pero cuando cruzas el umbral y ves a la gente, tras pasar el correspondiente control, acelerar el paso por sumergirse en el mundo feliz que hay enfrente, te das cuenta que ahí sucede algo distinto.
Miras a un lado y ves niños con cara de asombro ante Micky que avanza hacia ellos,
Miras a otro lado y ves a adultos excitados ante la máxima felicidad que puede tener un padre y que no es otra que ver felices a sus hijos.
El color lo invade todo. Mil y un colores que adornan desde el castillo hasta la última atracción inaugurada anteayer.
Y la música es siempre alegre, siempre anima a bailar, a tararear,…
Debo admitir que nos soy un gran admirador de Eurodisney, pero si tuviera que elegir donde vivir el resto de mis días… eligiría Eurodisney.
In response to The Daily Post’s weekly photo challenge:Solitude
It´s early in the morning. The sun is just an idea in the future. You take your car and drive for half an hour and finally you park not far from the road.
That´s only the beginning. The long way to reach the top will take you more than three hours. So it´s important to start the journey as soon as possible, before the sun comes up.
You can see cows, then horses forming different groups or perhaps families, more cows and finally there´s nothing. Just some ravens looking at you in the distance.
You have been thinking about different things and work, friends, family have disappeared in your mind.
You finally reach your destination and look around you. There´s nothing but you and your thoughts.
That’s the kind of solitude that you need from to time to time. You discover again yourself and it will be easy to look ahead and get psyched for that one.
Plaza de los Vosgos es àra mí la esencia de París.
París tiene un millón de rincones. Si uno bonito, el otro más.
Y es que no se puede objetar nada a los defensores de la grandeza y singularidad de la torre Eiffel, a orillas del Sena y cómo aquella construcción temporal, a demoler tras la exposición universal, se ha convertido en el símbolo de la capital francesa.
O quienes consideran que el Louvre, quizás el mejor Museo del Mundo, con maravillas de todas las épocas y todos los continentes.
O los enamorados del mundo bohemio del Sagrado Corazón….
Pero si hay un rincón parisino, de la zona más antigua, donde más partes de su Historia se han escrito…. ese es la Plaza de los Vosgos. Cada adoquín, cada arco, cada puerta….
En primer lugar, para centrar la entrada, Troyes es la capital del otro Champagne.
Decir Champagne es decir los mejores espumosos del mundo, es decir Reims, Aÿ, Épernay,,… suaves lomas repleta de viñas perfectamente alineadas, chateaus con encanto,… pero está en el Norte de la región.
Y decir Champagne es la esencia del gótico. Reims es una de las catedrales góticas más famosas y que sirvió de referencia para toda Europa en la posterior expansión de este arte por todo el continente… pero está en el Norte de la región.
Y decir Champagne es decir Primera Guerra Mundial, con batallas eternas por sus tierras, con los primeros carros de combate, con cementerios interminables,… y la pérdida para Alemania de Alsacia y Lorena, con lo que la influencia germanófila sobre Champagne disminuyó mucho… pero está mayoritariamente en el Norte de la región.
Troyes, capital de la otra Champagne
No obstante todo lo anterior, como decía la canción, el Sur existe. Y también si hablamos de Champagne.
Al Sur está Troyes, campos inmensos, pueblos preciosos con entramados de madera…y outlets.
Aunque sus orígenes son romanos, lo más destacable hoy en día son sus casas con entramados de madera, que se agolpan por todo el casco antiguo, a docenas, alternando con algún palacio que da permiso a la piedra en un mar de madera.
Afortunadamente, los bombardeos alemanes respetaron esta preciosa ciudad de 60.000 habitantes.
Y de su pasado textil, que comenzó allá por el s. XVII como respuesta a la hambruna que sometió a la región y gracias a una visión con futuro en la reconversión en el siglo pasado, nacieron los probablemente mayores outlets de Europa.
En conclusión, quizás esta parte de Champagne no tenga rango para un viaje por sí misma, pero es una magnífica escala o un colofón a tener en cuenta, camino del norte, de París, de Eurodisney,…
Navarrenx es una localidad y comuna francesa, situada en el departamento de Pirineos Atlánticos y en la región de Aquitania.
Su origen etimológico, al igual que todos los terminados en «enx», es Navarrenentxe < navar-en-etxe = Casa de los Navarros.
En esta comuna hay una bastida junto al río Gave d’Oloron, construida en 1316 por Fabrici Siciliano a instancias de los reyes de Navarra. Es la primera en su género en el actual territorio francés.
Se estructuró alrededor de una vía principal del Camino de Santiago. Perteneció a la antigua provincia francesa de Bearn.
Hoy paseas por sus calles con una tranquilidad absoluta. Y es que, pese a la belleza de sus construcciones en general y de la bastida en particular, muy bien conservada, es muy poco turística. Una de esas bellezas ocultas, tan frecuentes en territorio francés y que permiten recrearte en las construcciones, en su fotografía, en sus gentes,… sin tener que andar esquivando al tropel de turistas de turno.
Mercado y oficios
Sus poco más de 1000 habitantes discurren sus vidas en oficios varios y cuidan de su hermoso rincón al otro lado de los Pirineos. Y lucen orgullosos los días de mercado, que se celebran durante todo el año los miércoles por la mañana en las plazas de Armas y Darralde, así como los domingos por la mañana de mayo a septiembre.
Los aficionados a la pesca, por su parte, podrán disfrutar de lo lindo lanzando su caña a las aguas repletas de peces del gave de Oloron…
Y de postre un pastel vasco o el chocolate de la cercana fábrica Lindt de chocolate, ubicada en Oloron.
Te asomas a las ventanas del castillo de Pau que dan a la ciudad.Por el resto de las alas del castillo hay profundos desniveles que nos hablan de otra época en la que la defensa era un factor importante y el baluarte de la ciudad era su castillo.
Y lo que ves, afortunadamente, no son altos edificios de hormigón, ni el restaurante de comida rápida de turno, ni grandes avenidas de muchos carriles. Lo que ves son las casas que probablemente estaban ya allí cuando comenzaron las obras del castillo.
Soñando el pasado
Seguro que los antepasados de los actuales moradores vieron llegar a los diferentes gremios constructores, desde los picapedreros a los carpinteros y poco a poco vieron cómo subía la estructura del pequeño pero coqueto castillo en este extremo de la localidad.
Y una vez acabadas las obras, día tras día, vieron otros gremios que vestían por dentro las estancias del castillo. Los había de toda condición, desde los elegantes comerciantes en telas de Flandes hasta los plateros venidos de Burdeos. Y los mejores jardineros de la zona, que afanosamente colocaban las flores para que desde lo alto del castillo se apreciaran las iniciales del rey.
Así hasta que un día, su graciosa majestad, acompañado de su amada esposa, entró por el lateral en su carroza, precedido por su guardia y cruzó el umbral, parando junto al pozo y dándose la vuelta para saludar a la multitud que se agolpaba más allá del foso y que comenzó a chillar enfervorizadamente.
Un poco cansado del viaje, el monarca subió cansadamente a sus dependencias, convenientemente caldeadas con anterioridad por la servidumbre, se descalzó de sus zapatos nuevos encargados para la ocasión en París y abrió la ventana… y voilá. Esto es lo que vió.