Pocas cosas son tan sutiles, tan etéreas como un balcón modernista de forja. Provoca la ilusión de estar suspendido en el aire, que lo mece suavemente.
Si te interesa el modernismo en la coqueta Teruel, aquí tienes dos enlaces que seguro que te encantarán:
Hay pueblos que les coges cariño y que no te cansas de recorrer sus calles, encontrando siempre algo nuevo o que pasaste por alto la última vez que anduviste por allí.
Lanuza es uno de ellos para mí. Nunca he vivido ni me he alojado en él, pero tiene algo que me hipnotiza y que cada vez que subo al valle de Tena me hace ir allí y fotografiarlo una y otra vez. Los que seguís mi blog os habréis dado cuenta ya.
Quizás el haber renacido de sus cenizas como el ave fénix, su cuidada restauración, sus ansias por recuperar su identidad, no perdida pero sí hipotecada durante años por el pantano,…
Quizás por su majestuoso campanario, cuya silueta se recorta con la Foratata como telón maravilloso,…
Quizás por el irreal escenario sobre las aguas del pantano y su réplica en forma de anfiteatro en tierra, que sirven para dar cabida a los festivales de Pirineos Sur en los meses de verano,…
Quizás el bueno de Luis, del restaurante El Frondón que me hace sentir como en casa,…
Quizás… ¿Qué se yo?. Me encanta Lanuza.
Os adjunto el link de un artículo publicado en el ABC sobre Lanuza en el ABC
Cuando vas a conocer una ciudad o un pueblo, visitas los lugares más emblemáticos y los que más se ajustan a tu perfil de cosas que te gustan, de actividades que te interesan,…
Algo parecido ocurre con el personal autóctono, en función de los servicios que cada zona, calle,… ofrece.
Con la suma de todas las opiniones, costumbres, tradiciones,… se configura un mapa de cada lugar con zonas más o menos visitadas. Pero ello no quiere decir que el resto no tengan interés o no sean bonitas o no tengan encanto. Muy al contrario, muchas veces son esas zonas que decimos que conservan el encanto, que mantienen la tradición y que aún no se han visto salpicadas de la presencia masiva del personal que seguro que tiene cosas buenas, pero que también obliga a pagar los peajes de la masificación, la falta de intimidad, ausencia de identidad,…
Este rincón que os traigo está en Panticosa y es uno de ellos.