Entras en una casa andalusí del s. XII.
Imagina una casa intramuros pero no muy próxima a la mezquita. De hecho cerca ya de la muralla.
Imagínate una familia musulmana acomodada pero no de la realeza, con casa de dos plantas, patio central, fuente con pozo en plaza anexa, bodega,… Y la joya de la corona. El discreto baño donde solazarse, apartados de miradas indiscretas.
That´s it.
No es el principio de un antiguo cuento. La casa existe aún hoy día, cerca de la casa de Sefarad y de la sinagoga. Si vas a Córdoba no te lo debes perder. Tanto si vas como si no, visita su página web. Merece la pena. Solo falta olor de las flores.