¡Achís! ¡Aachís! ¡A-a-aachís! ¿Por qué a veces estornudamos dos o tres veces seguidas? Los estornudos encadenados pueden interrumpir una reunión, hacer que nos enrojezcamos de vergüenza y empujar a alguien a decir “salud” antes de tiempo. Pero hay una razón biológica por la que ocurren así.
Por lo general estornudamos para deshacernos de una sustancia que está irritando nuestro aparato respiratorio. Puede que no te hayas dado cuenta, pero es casi imposible estornudar sin mover la cabeza hacia adelante. Es un acto reflejo que ayuda a aclarar las vías respiratorias. Los estornudos vienen de tres en tres por esa misma razón. “Es la forma de sacar esas partículas extrañas de la nariz”, explica el otorrino Jordan S. Josephson. “Un estornudo lo suelta, el segundo lo lleva a la parte frontal de la nariz y el tercero consigue sacarlo”.
Las sustancias irritantes que provocan uno, dos o tres estornudos seguidos van desde el polvo disperso en al aire hasta los alérgenos que complican la vida de los alérgicos, como el polen y la caspa de las mascotas; sin olvidarnos de las infecciones virales, como el resfriado común (el virus del resfriado infecta a la mucosa, una membrana húmeda que recubre las fosas nasales). Cuando una de estas partículas irrita las vías respiratorias, inhalamos mucho aire —muy rápido y muy fuerte— y el cerebro manda un mensaje al diafragma para aumentar la presión sobre los pulmones y expulsarlo.
No todos los estornudos están relacionados con una irritación del aparato respiratorio. Algunas personas estornudan cuando sale el sol, un rasgo genético que está presente en al menos un 10% de la población. Y hay causas más extrañas, como estornudar por tener el estómago lleno o llegar al orgasmo. En cualquier caso, taparse la nariz y la boca al hacerlo no es sólo un gesto de buena educación: el estornudo es el vector típico de un puñado de enfermedades. Al fin y al cabo, estamos lanzando gérmenes a una distancia de hasta 5 metros.
Algunas de las cosas que solemos repetir sobre los estornudos son en realidad mitos muy extendidos. Por ejemplo, se dice que un estornudo viaja a 160 kilómetros por hora, cuando lo normal es que no supere los 60 km/h. También decimos que es imposible estornudar con los ojos abiertos, pero algunas personas pueden hacerlo. Y tiene mucho sentido cerrarlos al estornudar: evita que la presión del aire llegue a los globos oculares y les haga daño, o que los gérmenes entren en los ojos y produzcan una infección. [LiveScience]
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A veces se dice como en broma que los perros, al ser alimentados por los humanos piensan de nosotros “Oh, este ser hace aparecer mucha comida de repente, …debe ser un dios.” Y que ante el mismo hecho los gatos murmullan “Oh, este ser siempre me ofrece comida a cambio de nada, …yo debo ser un dios“. ; ). Algo de cierto debe haber en todo esto.
En el Antiguo Egipto se creía que el gato era la reencarnación de los dioses, como Bastet, la diosa protectora del hogar y diosa de la felicidad.
Para los chinos los gatos también eran importantes. Desde China se expandieron por otros países de Asia, y llegaron a Japón en el siglo cuarto. Los chinos decían que el gato era un cruce entre mono y león, debido a la forma de su cuerpo y sus movimientos. Li Shou era una antiguo dios gato, una divinidad relacionada con la fertilidad a la que se hacían ofrendas para mejorar las cosechas.
La historia de los dioses gatos en china es de las más curioso. Se cuenta que los dioses, después de crear el mundo nombraron a los gatos vigilantes del orden de la creación, y para ello tenían el don de la palabra, para poder comunicarse con los dioses y contarles como iba todo. Lo malo es que cada vez que los dioses llamaban a consultas a los gatos, los encontraban jugando, durmiento o relajándose – que raro… ; )
Los pequeños dioses gatos acabaron confesando que a ellos no les interesaba gobernar el mundo, que tenían cosas mejores que hacer, y que cedían el puesto a los hombres que sí estaban ávidos de poder. Los dioses aceptaron y quitaron el don de la palabra a los gatos, para dárnoslo a nosotros. No obstante los dioses se dieron cuenta de que los hombres no comprendían nada de lo divino, y obligaron a los gatos al menos a ser los guardianes del tiempo. Así que en la antigua mitología china, un gato es más de fiar que muchas personas -para que luego los pinten de traicioneros.
Siglos después, la Iglesia Católica los consideró como la reencarnación del diablo, por lo que eran quemados. El negro se identificaba con el diablo por ser el color de la noche, las tinieblas, el infierno…
En casi toda Europa y en Norteamérica se cree hoy en día que un gato negro trae mala suerte si se aleja de ti, pero buena suerte si camina hacia ti.
Cada vez que recomiendo Juego de Tronos a algún conocido lo hago con una breve descripción de la serie (sin spoilers) y esta frase: “no te encariñes con ningún personaje”. En Juego de Tronos cualquiera puede morir, entonces, ¿quién es el protagonista? Un grupo de matemáticos tiene la respuesta.
Aviso: antes de continuar leyendo recomendamos estar al día con los acontecimientos de la serie durante sus cinco temporadas, para evitar spoilers.
Un profesor y un estudiante de matemática de la Universidad de Macalester en los Estados Unidos, que se confiesan fanáticos de la serie, han analizado al detalle la saga de libros Canción de Hielo y Fuego escrita por George R.R. Martin, para conocer así quién es el protagonista definitivo de la trama.
Y es que entre los Lannister, los Stark, los Bolton, los Targaryen y los Snow, entre tantos otros, son demasiados los personajes que participan y tienen cierto protagonismo en la historia, y como bien sabemos los que disfrutamos (o sufrimos) esta serie, la cabeza de cualquiera puede rodar.
Pero aplicando ciertos conocimientos como la teoría de los grafos, economía, sociología y matemática pura han logrado crear una red de personajes de la saga, y percatarse así quiénes tienen mayor relevancia en la historia gracias a su conexión con otros personajes.
El análisis detallado lo han hecho del libro Tormenta de Espadas, tercera entrega de la saga de Canción de Huelo y Fuego, por lo que algunos personajes que tomaron en cuenta ya están muertos a estas alturas (y otros parece que están muertos, pero al final quizás no sea así).
La respuesta ha sido más que sorprendente. Los tres personajes con mayor protagonismo en Juego de Tronos son: Jon Snow, Sansa Stark y Tyrion Lannister.
En los libros cada capítulo se narra desde la perspectiva de un personaje, y tomando en cuenta su conexión con otros personajes a una “distancia narrativa de hasta 15 palabras, sin importar si no se encuentran en la misma escena”, los matemáticos descubrieron que no hay personajes más importantes (o conectados) en Juego de Tronos que estos tres.
Eso sí, también hacen una aclaración: Daenerys Targaryen vive en una región lejana a Westeros, por lo que es comprensible que su conexión con los demás personajes no sea tan cercana. No obstante, dejan las puertas abiertas a la posibilidad de su protagonismo en el futuro de la historia.
1- Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros requieren grandes riesgos.
2- Si no perdonas por amor, perdona al menos por egoísmo, por tu propio bienestar.
3- Quien se transforma, transforma el mundo.
4- Casi todas las cosas buenas que suceden en el mundo, nacen de una actitud de aprecio por lo demás.
5- Comparte tu conocimiento, es una manera de conseguir la inmortalidad.
6- Considero una sonrisa como algo único en un ser humano. Una sonrisa es también una poderosa comunicación. Una sonrisa sincera es la expresión perfecta del amor y la compasión humanas.
7- Solo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer y, principalmente, vivir.
8- Si asumimos una actitud de humildad, crecerán nuestras cualidades.
9- Recuerda que no conseguir lo que quieres, a veces significa un maravilloso golpe de suerte.