El paraíso, palabra mágica, casi sagrada, en cualquier cultura. Nunca visto por ser humano alguno y por todo el mundo deseado.
Cuando te gusta mucho viajar, como es mi caso y has podido viajar un poco, has visitado paisajes maravillosos, has encontrado rincones fantásticos, has presenciado atardeceres alucinantes, has descubierto escenas irrepetibles, has conocido gente singular,…
En realidad, viajar es una de las mayores satisfacciones que me proporciona la vida. Y si se puede acompañar de sacar fotos, pues mucho mejor.
Y no quieres renunciar a todo lo que viajar supone, lo mucho que te ha enseñado, lo que ha cambiado tu manera de entender el mundo y tu perspectiva de todo lo que te rodea en el trabajo, en tu ocio,… incluso en tu modo de comprender la amistad o la camaradería.
Y con eso y con todo, necesitas un sitio donde tu alma se siga alimentando a través de tus raíces, donde el guerrero, tras la batalla, vuelve y se deleita viendo lo mismo que vieron sus antepasados, los mismos campos, los mismos amaneceres, idénticos atardeceres,..Un riojano necesita, como cualquier otros de su paisaje ondulado, con viñas por todas partes,.. y si hay un guardaviñas,… entonces debe ser el paraíso.