Siempre me ha llamado la atención de las iglesias góticas italianas, con su separación entre baptisterio, torre e iglesia propiamente dicha, algo poco frecuente fuera de allí.
En el caso de Venecia, por su influencia bizantina, su permanente lucha con las mareas,.. resulta todavía desconcertante el campanile alto e inhiesto, buscando a Dios en las alturas, mientras que en el suelo terrenal se mezcla el resto de la iglesia con el palacio ducal, las cafeterías de la plaza y los millones de turistas haciendo selfies.