Es el más famoso de los castillos del Loira, es el más grande, sirvió de alojamiento para los reyes de Francia. Aún así no es mi preferido, pero es «a must see».
Un consejo, si lo visitas en otoño, dedica media hora a recorrer lentamente los kilómetros de bosque que dan acceso a él. Eso sí que es grandiosidad.