Las ciudades pasan por diferentes momentos que las hacen distintas e irrepetibles.
No hace falta irte a una ciudad grande ni a una ciudad fotogénica. Pensemos cada uno en nuestra ciudad. No tiene nada que ver un día laborable, por la mañana, con los mercados abiertos, la gente portando la compra de comida para el día, los ejecutivos luciendo traje impecable, camino de la reunión más importante de su vida,… con esa ciudad a las siete de la tarde, o de noche, o al amanecer.
La Rochelle al alba está tomada con los primeros rayos de luz. Muy poca gente por la calle, el personal de limpieza de la ciudad, gente comenzando a montar algún negocio,… y poco más. Y ni un solo turista, lo cual es de agradecer.
La Rochelle es una ciudad con una luz fantástica, como solo la combinación del mar y el sol puede dar. Famosa en todo el mundo por ello. Allá por la región de Charente Marítimo. Pues incluso en la Rochelle a ciertas horas hay poca luz y la que hay es fría a estas horas de la mañana, dando la sensación de frío.
Merece la pena madrugar y conocer esta versión de las ciudades. La Rochelle no es la excepción.