Las redondas chimeneas del Pirineo aragonés, con sus espantabrujas coronándolas, se alzan aquí y allá, recordando los antiguos lares.
Generalmente más anchas y más bajas, de vez en cuando encuentras alguna como esta de Larrede, en los preámbulos del valle de Tena, más alta, más erguida, más majestuosa, como queriendo recordar a los visitantes que aquí hubo y hay poderío.
Una maravilla para la vista y seguro que con un bien tiro que hará las delicias de los cocineros de la casa.