Pasear por un hayedo, oyendo el crepitar de las hojas que cubren el suelo, formando una inmensa alfombra que lo oculta todo.
Un riachuelo aquí, unas setas allá. El sol luchando por llegar a las profundidades del bosque.
Te das cuenta entonces lo importante que eres en el universo y lo insignificante que eres a la vez.