Alabastro, la piedra casi viva.
Siempre ma han llamado la atención las figuras humanas talladas en alabastro .
Algunas consiguen llegar a fascinarme al ver el detalle de un cojín, la sonrisa cómplice del otro o las venas marcadas en el dorso de una mano.
Parece como si en una película de ciencia ficción las figuras reales se hubieran sometido a los efectos de una máquina diabólica y súbitamente y de manera definitiva, se hubieran transformado en lo que ahora se puede ver.
Capilla de los condestables de la catedral de Burgos
El ejemplo escogido en la fotografía corresponde al sepulcro de los Condestables de Castilla en la catedral de Burgos.
Al fondo de la nave principal e injertada en el templo se construye esta capilla, la más importante de entre las muchas que engalanan este lugar.
Lleva el nombre de los benefactores y de quienes la mandaron construir, don Pedro Fernández de Velasco y su esposa doña Mencía de Mendoza, Condestables de Castilla.
Sabemos que esta capilla se levantó sobre una anterior dedicada a San Pedro y sobre las ruinas de un antiguo solar de viviendas.
La mano maestra que dirigió esta obra fue la de Simón de Colonia, que la termina en 1496 y la de su hijo Francisco de Colonia, que también puso su firma en la construcción de su sacristía en 1517.
Parece que la vida o ha estado hace un instante o se le espera que vuelva en cualquier momento.
Con ellos el alabastro parece que vaya a tomar vida de un momento a otro.
Quizás por la noche, cuando los turistas se han ido ya, el último ujier ha apagado las últimas luces…
Quizás entonces la pareja de Condestables se incorpora y comentan entre ellos las últimas obras de restauración del templo o el pesado japonés que, de tanto acercarse, ha estado a punto de caerse encima de doña Mencía…
Quizás…
Las esculturas son impresionantes, sí parecen estar vivas (durmiendo). La perfección de los detalles es magnifica. Saludos desde México.
Marianne
Muchas gracias. La verdad es que sí parece que van a despertar en cualquier momento…