Llega el otoño a Peña Telera, en el valle de Tena. Colores mil.
Si tienes la suerte de un día soleado, es fantástico porque los colores se hacen más intensos y los matices se hacen casi infinitos. Te sientas enfrente de una montaña cualquiera y ves colores y colores, sobre un azul infinito de sol de postal. Comprendes lo pequeño que es el ser humano ante la inmensidad de la naturaleza.
Hablando con los lugareños te dicen que al día siguiente cambia el tiempo, que probablemente nevará y te parece imposible. El Pirineo es así.