Debo reconocer que Berlín me decepcionó un poco. Quizás tenía unas expectativas muy altas y por ello, no se cumplieron al 100%.
Sin embargo, el barrio judío fue una agradable sorpresa.
Muy cerca de Alexanderplatz se encuentra el barrio judío de Berlín. accesible desde la estación de metro de Hackescher Markt. es una de las zonas más bonitas de la ciudad, cargada de historia (la sinagoga, el cementerio,…) pero también repleta de vida muy actual.
Por la mañana se puede recorrer las tiendas de moda de la Alte Schonhauser Strasse y la Neue Schonhauser.
Uno de los lugares más imprescindibles son las Hackesche Hofe, en la Roshentaler Strasse, con sus ocho patios interiores en los que se puede encontrar tiendas, restaurantes, galerías de arte y uno de los cabarets más populares de Berlín, el Camaleón Varieté, como se ven los cabarets de época, con mucho encanto.
Hay un espacio para la historia en la Grosse Hamburger Strasse, una estrecha calle donde se han dejado intactas las huellas de la violencia nazi: en la fachada del número 28 permanecen los impactos de las balas disparadas durante la persecución a los judíos.
Enfrente se halla la Casa Ausente, en cuya fachada se colocaron placas con el nombre de personas muertas en los campos de exterminio nazis que en ella vivían.