Concatedral de La Redonda de Logroño

 

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La Redonda

Llama la atención a los no logroñeses que una iglesia rectangular lleve el sobrenombre de la Redonda.  La explicación se basa en la Historia.

Durante siglos hubo en tierras riojanas dos obispados, con sus respectivas catedrales: la de Calahorra, uno de los más antiguos de España, pues data del s. V y el de Santo Domingo de la Calzada, del s. XI.

En el s. XV (1431) se da a Logroño el título de ciudad y cuatro años más tarde se toma la decisión de dotar a Logroño de una gran colegiata y se decide que se ubique en el terreno que ocupaba una iglesia románica octogonal, similar a las existentes en el Camino jacobeo de Navarra en Eunate (Santa María) y en Torres del Río.

Como la gente la llamaba «La Redonda», siguió llamando así a la nueva colegiata.

Esa colegiata tendría que esperar hasta 1959 para convertirse en concatedral.