Soportando una y mil tormentas

Son esos tejados antiguos, desgastados por la lluvia, por el viento, por la nieve, el granizo,…

Soluciones de otra época como colocar una piedra para que la lasca más expuesta a las inclemencias soporte los ataques atmosféricos.

Y sin embargo, ahí perduran, sin alambre que sujete, sin ningún tipo de ayuda humana más allá de la que participó para colocar la techumbre.

Definitivamente antes de hacían las cosas con el ánimo de que perduraran y no con el manto efímero que ahora envuelve todo, hasta las relaciones entre las personas.

 

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